17 de febrero de 1600, Campo de’ Fiori, Roma, planeta Tierra.
Giordano Bruno es quemado vivo por la Autoridad de la época (específicamente, la Santa Inquisición) por negarse a renunciar a sus ideas heréticas, en particular: que nuestro planeta Tierra no era único; que existían otros mundos similares al nuestro, alrededor de estrellas similares a nuestro Sol.
Antes de ser ejecutado, Giordano les dijo a los jueces:
“Maiori forsan cum timore sententiam en mí fertis quam ego accipiam”.
[“Quizás tembláis más vosotros al pronunciar esta sentencia, que yo al escucharla”]
Cuatrocientos veinte años después: conocemos 4173 “exoplanetas”, o planetas extrasolares; planetas encontrados en sistemas estelares distintos al nuestro Sistema Solar. Estimamos que el número total de planetas con dimensiones similares a las de nuestro planeta Tierra fluctúa entre 10 y 40 mil millones, solo en nuestra galaxia.
“Lo que necesitamos hoy en día son valores universales basados no en la fe, sino en la evidencia científica, la experiencia común y el sentido común”.
14º Dalai Lama