Antes de comenzar a contar la historia (¡tan fascinante para mí!) de los vientos de agujeros negros y su conexión energética (o feedback) con las galaxias, déjenme tratar de explicar cada parte de la historia, comenzando con los protagonistas principales:
los agujeros negros.
En solo un par de siglos, los agujeros negros han pasado de ser una pura abstracción matemática en la mente de unos pocos humanos, a algo que los humanos del planeta Tierra observan continuamente, lo que les permite de investigar la enorme inmensidad del Universo. Y es solo desde un par de décadas que los humanos se han dado cuenta de que un agujero negro supermasivo, con una masa de aproximadamente 3 o 4 millones de veces la masa de nuestra estrella Sol, reside en el centro de la galaxia en la que todos vivimos: la Vía Láctea. Llamamos a nuestro agujero negro supermasivo galáctico “Sgr A *”, “Sagittarius A star”.
De hecho, los humanos hoy en día sospechan que un agujero negro supermasivo reside en el centro de cada galaxia, y que los agujeros negros pueden estar íntimamente relacionados con la formación y evolución de las mismas galaxias. Esto haría de los agujeros negros actores cósmicos de fundamental importancia. Pero antes de entrar en esta historia cósmica, es necesario saber: ¿qué es un agujero negro?
¿Qué es un agujero negro?
Puede averiguarlo visitando la primera entrada de “nuestro Universo“: “Agujeros negros”.